viernes, julio 01, 2011

De los mártires y otros demonios


Tras una larga desaparición de los espacios blogueros no pude evitar la oportunidad de hablar un poco de este asunto que ha conmocionado la vida venezolana en las últimas horas...
Antes que nada un poco de contexto...

Resulta lógico pensar que pese a que los puntos de popularidad del nunca bien ponderado Comandante -Presidente de la República han tenido una estrepitosa baja, aún quedan los que después de haber profesado con fervor casi religioso su compromiso con esta revolución que vive Venezuela, aún siguen enganchados por un delgadísimo hilo de fe y esperanza a la figura casi mítica de Chávez.

El país vive una de las peores crisis en la historia republicana hoy en día y los venezolanos hemos observado con horror el desfalque épico de las harcas del tesoro nacional, con un evidente detrimento de la calidad de vida y una inflación de mucho más del 40%, que se dice fácil pero se vive totalmente diferente, eso sin mencionar la crisis energética, de soberanía alimentaria, inmobiliaria, educativa, hospitalaria y lo que es más importante, la crisis moral...

Es lógico de después de tanto golpe continuado, los paños de agua tibia no sean suficientes y esa es la razón principal por la cual, a mi entender tras 12 años de logros plausibles y muchísimos errores, los puntos de popularidad del Presidente estén por el suelo...

Hace unos días nos preguntábamos la razón de esta inusual estadía particularmente larga del presidente en Cuba. Mucho se especuló al respecto, muchas bolas noticieras rodaron y muchos vaticinaron incluso la muerte de Chávez...
Anoche, cercano a las 9pm el Presidente emitió una alocución de menos de 30 minutos (un record para las maratonicas cadenas de radio y televisión a las que estamos acostumbrados) en la que informaba a la opinión pública su estado de salud y un diagnóstico de cáncer en la región pélvica.

Dicho esto, debo confesar que no me alegra la noticia, porque hacer leña del árbol caído no es mi estilo, sin embargo me llama a la reflexión profundamente lo que pudiera significar esto para la popularidad tan golpeada del mandatario venezolano, especialmente en este momento, en el que se avecinan las próximas elecciones presidenciales en el 2012.

No podría decir que se trata de un plan para rescatar la popularidad del mandatario venezolano, pero se me hace curioso, que justamente en el momento de esta coyuntura política se de a conocer la noticia que nos mantenía expectantes, bajando así una pesadísima cortina ante la realidad política del país, poniendo todos los ojos y voces en este asunto y dejando de lado la realidad que nos aqueja, más allá del estado de salud de Hugo Chávez.

No me extrañaría un regreso triunfal de Cuba del mandatario, con un increíble apoyo popular y una consecuente alza en los puntos de popularidad del Presidente tras la noticia, porque los venezolanos nos hemos caracterizado por carecer de memoria y lo que es más grave, por perdonar errores imperdonables.

Los mártires han sido siempre útiles, ahora escucho en las calles "pobre Chávez, por tanto trabajo y tantas presiones se ha enfermado", o "el pobresito ha ocultado su padecimiento para no alarmar al pueblo" cuando es precisamente eso lo que se ha estado utilizando para aumentar ese fervor popular tan gravemente golpeado, especialmente en el último año.

No me atrevo a decir que esto será positivo para la figura del Presidente, porque lo que se desprende de una enfermedad tan atroz como el cáncer a menudo golpea no solamente de manera física sino anímica al afectado y a su círculo más próximo, sin embargo, puedo notar cómo la gente se ha unido en torno a esta noticia, compartiendo sus mejores deseos de recuperación para el Presidente y algunos otros, contentos y vaticinando el fin de la revolución (cosa que dudo ahora más que nunca, valga acotar).

Amanecerá y veremos, lo que si está claro es que muchos volverán a aferrarse a su figura en torno a esta crisis de salud y muchos otros seguramente seguirán cometiendo errores abominables, como a los que la oposición venezolana nos tiene acostumbrados...

Amanecerá y veremos, repito...

Saludos desde este lado de la orilla.

domingo, enero 16, 2011

De los funerales y entierros occidentales

Hay una cosa que jamás llegaré a entender, los funerales y la manera en que "honramos" a los muertos, al menos en mi país.

Me parece una costumbre terrible esa de maquillar y exhibir a un ser querido después de fallecer, las demostraciones obligadas de afecto a la familia doliente, el morbo de hablar del evento en el que falleció esta persona, las flores, el ataúd carísimo, el servicio, la misa, las charlas en relación a lo destruida que está la madre, el padre, los hijos, la pareja del difunto, las charlas en relación a los planes que tenía esta persona, el "sentido pésame"..

De las cosas más terribles en relación a todo el rito podría nombrar en particular la misa que ofrece el sacerdote, al que se le ha pagado para "conducir" el alma de esta persona a las puertas del cielo y "consolar" a los parientes y amigos del difunto. Y viene este cura, que seguramente quería seguir en lo que le ocupa sus tardes, a decir de memoria y sin el menor sentimiento la sarta de plegarias, una tras otra, sin énfasis en la voz, sin expresiones, sin el más mínimo respeto por el dolor de esta familia "que le está pagando por el servicio"...

Cuando entra el cura y comienza con toda su parafernalia y el cuartito en el que velan a esta persona se llena de gente no puedo evitar pensar: "coño, al menos ten la más mínima decencia de al menos fingir que te importa el dolor de esta gente, que sientes lo que estás diciendo, que de verdad te crees el teatro de la oración y que estás realmente esforzándote por que este ser llegue al cielo, hijo de la gran puta". Y no es que crea yo en el cielo o el infierno, ni en las almas que penan, ni en fantasmas o apariciones, o que de alguna manera esa oración marchita vaya a ayudar a alguien más que a los familiares que sí se creen toda esa mierda, pero por respeto precisamente a esa creencia de alguna gente, que al menos tenga el sacerdote la delicadeza de hacer bien el trabajo y olvidar por un segundo el diezmo que les espera tras la misa.

Nunca entenderé a las señoras que de pie junta al féretro dicen: "que bien quedó, parece que estuviera durmiendo" o "que bonita se ve, le quitaron diez años de encima"...

Y lo que viene después, el entierro, las flores, el pago del mantenimiento de la tumba, etc.

Nunca voy a entender cómo es que no regalamos las flores mientras la gente que amamos sigue viva, no voy a entender jamás cómo es que familias enteras se pueden ver sólo cuando alguien fallece, nunca entenderé las misas y la exhibición del ser querido por uno o dos días antes de enterrarlo, o peor aún, la gente que guarda las cenizas del difunto en la sala de la casa.

Libertad, eso es lo que quisiera darle a mis seres amados como despedida cuando fallezcan y es lo que espero de los que me quieren cuando muera yo...

Las flores por aquí, por favor, mientras sigo viva...

Saludos desde mi orilla.