miércoles, enero 02, 2008

El niño Jesús

Pues esta mañana estaba viendo un programa de la tv, de esos que solo sirven para perder el tiempo...
Un padre de la iglesia católica decía que los niños se habian vuelto mundanos, que era terrible que las listas de regalos fuesen tan largas. -¿Cómo es posible que un niño se tome dos horas de su vida a pedir cosas materiales?-

Ahí es cuando yo me indigno, esos son los profesores que en la escuela nos han criado para el fracaso.
Me pregunto:

¿qué hay de malo en pedir?
¿qué tiene de malo soñar con tener las cosas que queremos?
¿es acaso desechada la eficacia de la herramienta de la visualización?
¿me hace mejor pedir lo mínimo?
¿me hace mejor pedir poco?
¿me hace mejor tener poco? (¿bendito sean los pobres porque de ellos es el reino de los cielos?)
¿no me meresco yo todo lo que pueda imaginar?
¿soy o no merecedor de lo que yo desee?
Si Dios lo tiene todo, y a Él le escribo una carta con peticiones, ¿no es acaso lógico que yo escriba todo lo que deseo con detalle?
¿cómo sabe ese padre que los niños no están deseando una barbie, el bate de baseball y la paz mundial?
¿cómo se puede limitar los deseos de alguien, si se le ha dicho que se le está pìdiendo al poseedor de todo lo creado y lo que falta por crear?
¿no es una contradicción?

Y que no me vengan con la tontería de que al niño que se le da todo lo que pide, de adulto no valora lo que tiene, porque, valorar lo que se tiene es algo que se enseña en la casa.
Si los padres en lugar de enseñar, tapan la boca de sus hijos con regalos, pues esa es otra historia; pero hacer sentir culpable por soñar a quien sea, es simplemente absurdo.

1 comentario:

Sarbelio Henriquez dijo...

Primero, agradecerte por comentar en mi blog, muchas gracias por tomarte el tiempo de leer.
Pues, ahora que lo escribis, de veras me pongo a pensar.
yo siempre he tratado alguien soñador, y creo que no veo nada malo en serlo, e inculcar eso en los demas, al final querer ser mejor, querer tantas cosas, dependen de nosotros, con la ayuda de Dios, pero esforzándonos.
No creo que me sintiera mejor pidiendo menos, porque no sabría que hacer en mi vida.
te seguiré leyendo,
saludos de EL Salvador.